La enfermedad periodontal

Es la principal causa de pérdida dentaria en los adultos, afectando a tres de cada cuatro personas en algún momento de su vida. La mejor manera de prevenir la enfermedad periodontal y la caries dental, responsables de la pérdida dentaria, es el uso del cepillo de dientes, el hilo de seda o el cepillo interproximal y las visitas regulares al dentista.

Manteniendo sus dientes naturales podrá masticar con mayor comodidad y disfrutar de una mejor  digestión. Tendrá una sonrisa sana, complemento natural de su imagen y podrá hablar con mayor comodidad que si llevara prótesis dentales. La correcta higiene oral protege su salud, y le ahorra dinero. Mediante la prevención de sus problemas dentales, sus costes de tratamiento se reducirán drásticamente. El tiempo empleado para ello, le supone alrededor de diez minutos diarios; menos tiempo que afeitarse o maquillarse. Con todos estos beneficios, la correcta  higiene oral es parte esencial de una vida saludable.

La principal responsable de la enfermedad periodontal y de la aparición de caries es la placa bacteriana. La placa dental bacteriana es una película incolora y pegajosa que se forma constantemente entre los dientes, incluso en ausencia de comida. La eliminación cuidadosa de la placa mediante el cepillado diario y el uso de la seda dental y/o cepillo interproximal le ayudará a prevenir estas patologías. A continuación se explica cómo utilizar el cepillo de dientes, la seda interdental y el cepillo interproximal eficazmente, y se informa de la existencia de otros instrumentos de higiene bucal complementando las instrucciones que usted reciba de su dentista o de los miembros de su equipo.

Cómo cepillarse

Empiece con el material adecuado, un cepillo de filamentos suaves que le permita llegar a todos los dientes. Si los filamentos de su cepillo están torcidos o desgastados, compre otro. Un cepillo en mal estado no limpiará adecuadamente sus dientes.

Para limpiar las superficies externas de los dientes coloque el cepillo en un ángulo de 45 grados apoyándolo en la unión de encía y diente.

Mueva con suavidad el cepillo varias veces mediante pequeños movimientos circulares y/o laterales. Aplique ligera presión para que los filamentos penetren entre diente y diente, pero no use presión excesiva y que le haga sentir molestias.

Después de cepillar las superficies externas de todos sus dientes, haga lo mismo con la cara interna de los dientes posteriores.

Para limpiar las superficies internas de los dientes anteriores, tanto superiores como inferiores, coloque el cepillo en posición vertical. Realice movimientos adelante y atrás sobre cada diente y la encía que le rodea. Para limpiar las superficies de masticación, realice pequeños movimientos circulares y laterales.

Debido a que el cepillo puede limpiar uno o dos dientes a la vez, cambie la posición del cepillo tantas veces como se precise para alcanzar y limpiar todas las superficies dentarias (mírese en el espejo para asegurarse que lo hace correctamente). Después de cepillarse, enjuáguese para eliminar los restos de placa desprendida.

Si tiene molestias al cepillarse o tiene dudas sobre si lo hace correctamente, hable con su dentista.

  

Coloque el cepillo de dientes contra sus encías en un ángulo de 45 grados. Mueva delicadamente el cepillo, para adelante y para atrás, en movimientos cortos (del ancho de un diente).

 

 

 

 

Cepille las superficies externas de los dientes.

 

 

 

  

 

Cepille las superficies internas de los dientes.

  

 

 

 

 

  

Cepille las superficies masticatorias.

 

 

 

 

 

 

Use la punta del cepillo para limpiar la superficie interna de los dientes anteriores, realizando un movimiento delicado de arriba hacia abajo.

 

 

 

 

 

 

Cepíllese la lengua también.

 

 

 

 

Seda dental

La enfermedad periodontal, al igual que la caries, empieza frecuentemente entre los dientes, dónde el cepillo no llega. El uso de la seda dental es un método efectivo para eliminar la placa dental de estas superficies. Las siguientes instrucciones le ayudarán, pero el uso correcto de la seda dental requiere tiempo y práctica.

Empiece con un trozo de seda dental de unos 45 cm. de longitud. Enrolle la mayor parte del hilo en el dedo medio de una mano, y el resto en el mismo dedo de la otra mano. Para limpiar los dientes superiores, sujete el hilo entre el pulgar de una mano y el índice de la otra, dejando poco más de 1 cm. de seda entre ambos. Inserte la seda entre los dientes utilizando un movimiento de sierra. No fuerce el hilo, y llévelo hasta la unión encía-diente. Cúrvelo en forma de “C” contra un diente deslizándolo dentro del espacio entre encía y diente hasta notar resistencia. Usando ambas manos, mueva el hilo arriba y abajo en la cara de un diente, repitiendo esta técnica en todas las caras de los dientes superiores.

A medida que el hilo desgaste, enróllelo en un dedo desenrollando del opuesto para obtener una porción nueva. Para limpiar entre los dientes inferiores encontrará mayor facilidad si guía el hilo usando los índices de ambas manos. No olvide la cara posterior del último diente de ambos lados, tanto superior como inferior. Enjuáguese con agua después de usar el hilo, para eliminar la placa y partículas de alimentos.

La primera semana de utilización del hilo, sus encías pueden sangrar o estar ligeramente inflamadas. Con el uso diario sus encías sanarán, y dejarán de sangrar, si no lo hacen, consulte con su dentista.

 

 

Envuelva la mayor parte de los 50 cm de hilo dental alrededor de uno de los dedos medios.

 

 

 

 

 

 

Envuelva el resto del hilo alrededor del dedo medio de la otra mano.

 

 

 

 

 

 

 

Use los pulgares y los índices para colocar 2,5 cm de hilo dental entre los dientes.

 

 

 

 

 

 

Cuidadosamente, mueva el hilo dental para adelante y para atrás para colocarlo entre los dientes. A nivel de la línea de las encías, curve el hilo dental alrededor del diente.

 

 

 

 

 

 

Sujete el hilo dental apretado contra el diente y, con un movimiento hacia abajo, roce delicadamente el lado del diente con el hilo dental.

 

 

 

 

 

 

Recuerde usar el hilo dental detrás del último diente.

 

 

 

 

 

Cepillo interproximal

En personas con mayores espacios entre diente y diente, puede sustituirse el uso de la seda dental por un cepillo interproximal, que utilizará pasándolo a través de este espacio de fuera a dentro y viceversa, frotando las caras laterales de los dientes. Si el cepillo interproximal no entre cómodamente, no lo fuerce. Puede ser que el espacio no sea lo suficientemente amplio y deba utilizarse la seda dental.

Si tiene alguna duda respecto a su uso, consulta a su dentista o a un miembro de su equipo.

¿Están mis dientes limpios?

Para comprobar que sus dientes están limpios, puede usar una pastilla o solución reveladora que le proporcionará su dentista o su farmacia (estos líquidos o tabletas están hechos de fibras vegetales inocuas que tiñen temporalmente la placa dental). Mastique la tableta hasta que se disuelva y enjuáguese con agua. Mire ahora sus dientes en un espejo. Las áreas teñidas indicarán sitios donde aún hay placa dental. Estas áreas precisan probablemente  atención especial durante su cepillado. Cepille las áreas teñidas hasta que la tinción desaparezca.

Placa dental
La placa dental es un depósito de bacterias, blando y pegajoso, que se forma constantemente de los dientes. Causa caries dental y enfermedad periodontal.

La placa dental que no se elimina contribuye a la formación de cálculo dental (también llamado sarro), una sustancia endurecida que hace difícil mantener los dientes limpios.

 

 

Placa dental teñida con un agente revelador.

 

 

 

 

 

 

Cálculo dental (sarro).

 

 

 

 

 

¿Cuál es la mejor manera de cuidar mis dientes siendo adulto?

La clave para mantener una sonrisa brillante y saludable durante toda la vida adulta es practicar una correcta higiene bucal. Los adultos, también, padecen caries y enfermedades de las encías que pueden convertirse en problemas serios. Por eso es importante que en la vida adulta, usted respete estas sugerencias:

  • Cepíllese los dientes dos veces al día con una pasta dental con flúor para eliminar la placa bacteriana (que es una película pegajosa que se adhiere a los dientes y que es la causa principal del deterioro de los dientes).
  • Utilice hilo dental diariamente para eliminar la placa depositada entre los dientes y debajo de la encía, y evite que se endurezca y se convierta en sarro. Una vez que el sarro se ha formado, sólo se elimina mediante la limpieza profesional.
  • Limite el consumo de almidones y azúcares, especialmente, los alimentos pegajosos. Cuanto mayor es la frecuencia con que ingiere alimentos entre comidas, más oportunidades tienen los ácidos de la placa para atacar su esmalte dental.
  • Visite al dentista periódicamente para que le realice exámenes periódicos y limpiezas profesionales.


¿Qué temas dentales especiales debo conocer como adulto?

Aún cuando se cepille los dientes y use hilo dental periódicamente, probablemente deba enfrentar ciertos problemas de salud bucal en la vida adulta. Afortunadamente, el odontólogo puede ayudarle a prevenir y sanar la mayoría de estas situaciones satisfactoriamente.

  • La enfermedad de las encías comienza como gingivitis, que en su etapa inicial todavía es reversible. Los síntomas de la gingivitis son encías enrojecidas, inflamadas o muy sensibles, que tienden a sangrar durante el cepillado o espontáneamente. Si observa alguno de estos síntomas, consulte a su odontólogo antes de que los problemas sean más serios. La enfermedad, en sus etapas más avanzadas, puede provocar la pérdida de los dientes.
  • La salud de las encías también afecta su estado general de salud. Estudios recientes han demostrado una posible relación entre la periodontitis (una enfermedad de los tejidos que fijan el diente al hueso) y otras enfermedades, como la diabetes y las afecciones cardíacas; y un posible vínculo con los nacimientos prematuros. Para prevenir la aparición de la enfermedad de las encías, cepíllese los dientes por lo menos dos veces al día, utilice hilo dental diariamente y programe limpiezas profesionales cada seis meses.
  • Las cavidades alrededor de obturaciones existentes (denominadas caries recurrentes) y las caries en las superficies radiculares de los dientes son más comunes con el avance de la edad. Por lo tanto, es importante cepillarse con una pasta dental fluorurada, utilizar hilo dental diariamente y visitar al odontólogo con regularidad.

La sensibilidad dental puede agravarse a medida que envejecemos. Las encías se retraen naturalmente con el tiempo, exponiendo zonas del diente que no están protegidas por el esmalte. Esas zonas son particularmente propensas al dolor ante los alimentos o bebidas frías y calientes. En casos severos, puede presentarse sensibilidad al aire frío, bebidas y alimentos ácidos y dulces. Si experimenta sensibilidad, pruebe una pasta de dientes para dientes sensibles. Si el problema persiste, consulte a su odontólogo, ya que la sensibilidad puede indicar un trastorno más serio, como una caries o un diente fisurado o fracturado.

Las coronas se utilizan para reforzar los dientes dañados. Una corona cubre o "enfunda" completamente el diente dañado. Además, se utiliza para mejorar su aspecto, forma o alineación. Los implantes y los puentes se utilizan para reemplazar dientes ausentes. Los implantes dentales reemplazan uno o más dientes, o bien se utilizan para sujetar prótesis dentales completas o parciales. Consulte a su dentista para saber si los implantes son adecuados para usted. Los puentes se suelen utilizar para reemplazar uno o más dientes, sirven para cubrir el espacio existente. Los puentes se cementan a los dientes naturales o a los implantes que rodean el espacio vacío.

 

¿Cómo puedo ayudar a que mis dientes sean más blancos?

Las limpiezas profundas realizadas por un dentista o higienista eliminarán la mayoría de las manchas externas causadas por los alimentos y el tabaco. El uso de una pasta de dientes blanqueadora también puede ayudar a eliminar esas manchas superficiales. Si han estado presentes durante muchos años, es posible que deba acudir a un dentista para que le realice un blanqueo profesional y elimine las manchas más rebeldes.

Las manchas internas pueden blanquearse, o taparse (con una corona). Si bien cada uno de estos métodos es seguro y eficaz, su dentista recomendará el tratamiento apropiado para usted según el estado de sus dientes y los resultados que desee obtener.

 

¿Qué efecto tiene la dieta sobre mi salud bucal?

Es necesaria una alimentación adecuada porque de no existir, puede además de afectar en gran medida el estado general de salud, y el estado de salud necesario para mantener dientes y encías saludables. Una dieta equilibrada proporciona a los tejidos gingivales y a los dientes, los nutrientes y minerales que necesitan para mantenerse fuertes y resistir a las infecciones que contribuyen a la enfermedad de las encías. Además, los alimentos fibrosos, como las frutas y los vegetales, ayudan a limpiar los dientes y los tejidos. Los alimentos blandos y pegajosos, en cambio, tienden a permanecer en las fosas de los molares y entre los dientes, produciendo más placa.

Cada vez que consume alimentos y bebidas que contienen azúcares o almidones, las bacterias de la placa producen ácidos que atacan los dientes durante 20 minutos o más. Para reducir el daño al esmalte dental, limite la cantidad de veces al día que ingiere alimentos Cuando consuma alimentos, elija aquéllos que sean nutritivos, como queso, vegetales crudos, yogurt común o frutas.

 

¿Cómo mantengo una buena salud bucal en la tercera edad?

Con el cuidado adecuado y revisiones dentales periódicas, los dientes pueden durar toda la vida. Independientemente de su edad, mantenga sus dientes y encías saludables cepillándose por lo menos dos veces al día con una pasta de dientes con flúor, utilice el hilo dental diariamente y visite al dentista en forma periódica para realizarse limpiezas profesionales y revisiones.

 

¿Qué debo conocer como persona mayor acerca de la salud bucal?

Durante la tercera edad, es posible que se enfrente a alteraciones referidas a su salud bucal, aún si usted se cepilla y utiliza hilo dental con regularidad. El uso de prótesis dentales, el tomar medicamentos y los trastornos generales de la salud suelen ser comunes en la tercera edad. Afortunadamente, el dentista y el médico pueden ayudarle a enfrentar la mayoría de esos desafíos satisfactoriamente.

  • Las caries y el deterioro de las superficies radiculares de los dientes son más comunes en las personas mayores. Por lo tanto, es importante cepillarse con una pasta de dientes con flúor, utilizar el hilo dental diariamente y visitar al dentista con regularidad.
  • La sensibilidad puede agravarse a medida que se avanza en edad . Las encías se retraen con el tiempo, exponiendo zonas del diente que no están protegidas por el esmalte. Esas zonas son particularmente propensas al dolor ante alimentos o bebidas frías o calientes. En casos severos, puede presentarse sensibilidad al aire frío, a bebidas y alimentos ácidos y dulces. Si experimenta sensibilidad, pruebe una pasta de dientes para dientes sensibles. Si el problema persiste, consulte al odontólogo, ya que la sensibilidad puede indicar un trastorno más serio, como una caries o un diente dañado o fracturado.
  • La sequedad en la boca es un trastorno común en las personas mayores, que puede ser causado por medicamentos o ciertos trastornos médicos. Si no se trata, esto puede dañar los dientes. Su dentista le recomendará varios métodos para recuperar la humedad de la boca, además de tratamientos o medicamentos apropiados para evitar los problemas relacionados con la sequedad bucal.
  • Los trastornos de salud preexistentes, como diabetes, afecciones cardíacas o cáncer pueden afectar su salud bucal. Asegúrese de comunicarle a su odontólogo cualquier problema de salud, para que comprenda su situación general y lo ayude a satisfacer sus necesidades especiales.
  • Las prótesis dentales le hacen la vida más fácil a las personas mayores, pero requieren cuidados especiales. Siga cuidadosamente las instrucciones del dentista y visítelo si surge cualquier problema. Las personas que utilizan prótesis dentales deben realizarse un examen anual.
  • La enfermedad de las encías es un trastorno potencialmente grave que afecta a personas de todas las edades, pero especialmente a aquellas mayores de 40 años. Diversos factores pueden aumentar la gravedad de la enfermedad de las encías, entre los que se cuentan:
    • Una dieta inadecuada
    • Una higiene bucal deficiente
    • Enfermedades sistémicas, como diabetes, afecciones cardíacas y cáncer.
    • Factores ambientales como: el estrés y el tabaquismo
    • Ciertos medicamentos que afectan el estado de las encías
    • Debido a que las primeras etapas de la enfermedad de las encías son reversibles, es importante identificarlas precozmente. Los exámenes dentales periódicos aseguran la detección y el tratamiento de la enfermedad de las encías. En ocasiones es posible evitar la aparición de la enfermedad de las encías si se practica una correcta higiene bucal.
  • Las coronas y los puentes se utilizan para reforzar los dientes dañados o reemplazar los ausentes. Una corona se usa para cubrir o "enfundar" por completo un diente dañado. Además, se puede utilizar para mejorar su aspecto, forma o alineación. Los puentes se suelen utilizar para reemplazar uno o más dientes que faltan, cubriendo el espacio dejado por los mismos. Los puentes se adhieren con cemento a los dientes naturales o a los implantes que rodean el espacio vacío.
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Información General Sobre la enfermedad periodontal

La enfermedad periodontal es una patología crónica, que cursa en brotes con una sintomatología mínima (a veces, totalmente asintomática) y conduce a la pérdidade soporte periodontal de los dientes, es decir, del hueso en el que éstos se sujetan y de las encías). Dentro de ella se distinguen:

•  las gingivitis (inflamación de las encías)
•  las periodontitis (inflamación del periodonto, o conjunto de estructuras que sujetan los dientes a los maxilares). Dentro de ellas se distinguen formas de gravedad distinta; así, la periodontitis rápidamente progresivay refractaria al tratamiento, que generalmente empieza en una edad joven (tanto más joven, más grave), acaba en la pérdida inexorable de dientes en unos pocos años.

La enfermedad periodontal está causada por la placa bacteriana, que es el conjunto de bacteriaspresentes en la superficie de los dientes y de las encías. De ahí la importancia fundamental de la higiene oralpersonal, dirigida a eliminar la placa bacteriana que continuamente se forma y deposita sobre los dientes.

Existe una cierta predisposición genética, aparentemente hereditaria, de padecimiento de la periodontitis, ligada a algunas deficiencias del sistema inmunitario(dicho popularmente, « de las defensas») específico contra dichas bacterias. Por eso, las medidas higiénicas particulares dirigidas a eliminar la placa bacteriana no suelen ser suficientes y se requiera el concurso periódico del dentistapara corregir esos defectos inevitables en la higiene oral personal (más peligrosos en las personas inmunitariamente predispuestas a padecer periodontitis), mediante un tratamiento de mantenimiento(generalmente, profilaxiso «limpieza»), de periodicidad variable (generalmente, cada 2 a 6 meses, según los casos).

Factores de riesgo

•  El mal control de placa: sin una correcta técnica de cepillado que elimine los depósitos bacterianos de dientes y encías, el control de la periodontitis no es posible.
•  El tabaco es un conocido factor agravante de la enfermedad periodontal, por lo que el fumar conlleva una respuesta peor a los tratamientos, y un mayor riesgo de agravamiento de su evolución normal y de reactivación de la enfermedad.

Cronicidad
Por todo lo dicho, la enfermedad periodontal no cura (salvo raras excepciones),aunque en la gran mayoría de los casospuede mantenerse detenida mediante tratamiento odontológico si existe una buena cooperación del paciente en el mantenimiento de una buen higiene oral.

Expectativas terapéuticas
El tratamiento de la enfermedad periodontal es fundamentalmente domiciliario, por medio de una exquisita higiene oral: cepillado, uso de seda dental, cepillos interproximales y, en ocasiones, manejo de colutorios.
Sin embargo, en las fases activas de la enfermedad estos procedimientos no surten efecto sin la previa intervención del dentista.

El papel del dentista consiste en preparar la boca para que Vd. pueda limpiarla adecuadamente ; a saber:
(i) eliminar los irritantes que retienen la placa bacteriana, como desbordamientos (salientes) de obturaciones («empastes») y coronas («fundas»), que deben ser corregidos;
(ii)  eliminar los depósitos de placa bacteriana y de cálculo («sarro» o «tártaro») supra y subgingivales (es decir, situados por encima y por debajo del borde de la encía, respectivamente), mediante un procedimiento de descontaminación periodontal denominado profilaxis dental o «detartraje»;
(iii)  alisar las raíces (la llamada fase básica ) para reducir la tendencia a acumular placa y cálculo, y
(iv)  cuando las medidas anteriores no son suficientes, realizar algunas correcciones quirúrgicas de defectos.
(v) Desgraciadamente, a veces no existe más posible tratamiento que la extracción de uno más dientes, para evitar la propagación de la enfermedad o eliminar la sintomatología de dientes muy afectados.
(vi) Además, para poder controlar y frenar la evolución de la enfermedad periodontal es imprescindible, aparte de una cuidadosa higiene oral personal, la realización de periódicas visitas de control y mantenimiento al dentista , consistentes en profilaxis (limpiezas) y ocasionales raspados de las irregularidades que los depósitos microbianos provocan en las superficies de las raíces.

Las técnicas quirúrgicas pueden ser:
•  resectivas (eliminación de tejidos contraproducentes), o
•  regenerativas (dirigidas a recuperar tejidos perdidos, aunque no siempre el resultado es predecible), con la ayuda de injertos o de insertos de materiales aloplásticos (membranas, proteínas del esmalte, preparados minerales, hueso liofilizado, etc.).

Advertencias fundamentales
•  No nos cansaremos de repetirle que su colaboración personal en el mantenimiento inactivo de su enfermedad periodontal es tan importante que no le recomendamos empezar ningún tratamiento clínico si no está dispuesto a implicarse activamente en su propio cuidado personal.

•  Le recordamos, igualmente, que todas las enfermedades crónicas son susceptibles de reactivarse en un determinado momento, y que cuando, como la enfermedad periodontal, son poco sintomáticos, los nuevos brotes pueden pasarles inadvertidos.

•  Le Insistimos en que los mantenimientos y las revisiones periodontales van dirigidos a disminuir este riesgo , así como a diagnosticarlo y tratarlo precozmente en caso de que ocurriera

•  Si es Vd. fumador, debe saber que producirá menos saliva y presentará mayor riesgo de caries y, sobre todo, de enfermedad periodontal. I insistimos en recomendarle que deje de fumar, para lo que le ofrecemos expreso apoyo y ayuda a deshabituarse.

•  Si consume Vd. fármacos psicótropos, dado que producen sequedad de boca, tendrá especial propensión a padecer enfermedad periodontalen forma particularmente grave, por lo que, al objeto de aminorar su impacto, deberá esmerarse en la higiene de su bocay en el uso de colutorios antibacterianos , así como, en el mantenimiento de la humedad bucal: procurar no respirar por la boca, beber sorbos de agua de vez en cuandoy utilizar medicamentos productores o excretores de saliva ( sialeréticosy sialogogos , respectivamente) y saliva artificial.

Circunstancias particulares
•  Si es Vd. fumador debe saber que producirá menos saliva y presentará mayor riesgo de enfermedad periodontal y peor pronóstico en su tratamiento. I insistimos en recomendarle que deje de fumar, para lo que su dentista le puede ofrecer expreso apoyo y ayuda a deshabituarse.

•  El consumo de fármacos psicótropos produce sequedad de boca, por lo que también predisponen al padecimiento de enfermedad periodontal y empeoran el pronóstico. Al objeto de aminorar el impacto, (i) se debe esmerar la higiene bucal, (ii) conviene emplear colutorios antibacterianos y fluorurados, y (iii) para el mantenimiento de la humedad bucal es recomendable: procurar no respirar por la boca, beber sorbos de agua de vez en cuando,y utilizar medicamentos productores o excretores de saliva (sialeréticos y sialogogos, respectivamente) y saliva artificial.

•  La diabetes mellitus comporta un riesgo específico de evolución desfavorable o menos favorable de lo que lo es normalmente, tanto de la enfermedad como del tratamiento.

•  Ciertas particularidades anatómicas labiales y maxilares, como las conducentes a sonrisa gingival (exposición excesiva de encía al reír) tienen en particular un mayor riesgo de estética deficiente, cuya corrección (no predecible al ciento por ciento) debería ser quirúrgica.

Encía sana, normal
Encías sanas, el ligamento periodontal y el hueso anclan los dientes firmemente en su lugar.

 

Gingivitis
La placa y sus subproductos irritan las encías, provocando dolor, inflamación y tendencia al sangrado. Si no se elimina, la placa se endurece y se forma cálculo dental (sarro).

 

Periodontitis
Con el tiempo, a medida que la placa y el cálculo dental se acumulan a lo largo de la línea de las encías, las bacterias de la placa comienzan a romper la conexión entre los tejidos blandos de soporte y el diente. Según progresa la enfermedad, las bacterias también comienzan a atacar el tejido óseo.

   

Periodontitis avanzada
Las encías retroceden según se destruye más hueso y ligamento periodontal. Los dientes –hasta aquéllos sin caries- se pueden mover y puede que haya que extraerlos.

 

 

Información sobre la caries y su restauración

Los dientes pueden destruirse por:
•  Caries. Es una enfermedad causada por microbios que se alimentan de los restos alimenticios acumulados en las bocas con deficiente higiene. De estos restos, los más importantes son los carbohidratos (sobre todo, azúcares refinados), a partir de los cuales se producen ácidos que desmineralizan los dientes y los hacen presa fácil de otros microbios que degradan y destruyen la estructura debilitada. Las caries son reversibles mientras la superficie dentaria se mantenga lisa y regular, pero una vez alterada, avanza irremediablemente. Las mejores maneras de prevenirla son: la higiene oral inmediatamente después de cada comida (o incluso antes, porque así se reduce la cantidad de microbios sobre los dientes), el flúor tópico (el ingerido debe ser estrictamente controlado y prescrito por un dentista, ya que puede tener efectos secundarios desfavorables) y el diagnóstico precoz (mediante consulta con el dentista antes de que se inicien las manifestaciones dolorosas).

•  Desgastes crónicos. Pueden deberse a
(i) causas mecánicas; por ejemplo, la atrición fisiológica (desgaste por la masticación), la atrición patológica (desgaste por el apretamiento o el rechinamiento de los dientes) y la abrasión (desgaste por fuerzas no masticadoras, como, por ejemplo, el cepillado dental intempestivo),
(ii) causas químicas: la erosión o desgaste por acción de ácidos, como el jugo gástrico en los grandes vomitadores (caso, p.ej., de las personas bulímicas) o el abuso de cítricos y bebidas carbonatadas, o
(iii) causas desconocidas, como la abfracción o milólisis, consistente en unas lesiones en los cuellos a manera de sacabocados, progresiva e inevitable, relacionada al parecer con debilidad del esmalte y con alteraciones en la oclusión o «engranaje» de los dientes.

•  Las fracturas dentarias. Son pérdidas de estructura dental por fuerzas vivas (es decir, por un choque o aplicación violenta e instantánea de una fuerza), y según la situación e importancia pueden ser restaurables o irrecuperables (necesitándose la extracción dentaria).

Diagnóstico
Muchas veces las caries se observan a simple vista, si bien otras, especialmente las situadas entre dientes adyacentes, permanecen y progresan de manera inadvertida durante mucho tiempo, hasta que, cuando ya están avanzadas, ocasionan una cierta sensibilidad al frío, a los dulces o ácidos, causan una súbita rotura de las zonas debilitadas o se presentan con un gran dolor y/o con un flemón.

Las atriciones, abrasiones y erosiones, una vez desarrolladas, también suelen verse fácilmente, aunque en sus inicios suelen resultarle inadvertidas al paciente, y su diagnóstico requiere exploración por un dentista.

Las milólisis o abfracciones suelen debutar con una sensibilidad exagerada, incluso dolorosa, al simple contacto del cepillo dental o de una uña sobre el cuello del diente (zona del diente vecina de la encía, donde se une la corona con la raíz), sin que se objetive desperfecto anatómico.

Circunstancias particulares del paciente y riesgos relacionados con ellas
•  En caso de mala higiene, se debe realizar un entrenamiento cuidadoso y esmerado en controlar la placa bacteriana, sin la cual se producirá recidiva de la enfermedad cariosa.

•  En caso de ser fumador debe saber que producirá menos saliva y presentará mayor riesgo de caries y, sobre todo, de enfermedad periodontal. Insistimos en recomendarle que deje de fumar, para lo que los dentistas le ofrecemos expreso apoyo y ayuda a deshabituarse.

•  El consumo de fármacos psicótropos produce sequedad de boca, lo que predispone a padecer infección en sus heridas bucales. Si este es su caso, al objeto de aminorar el impacto, se debe esmerar en la higiene de su boca y en el uso de colutorios antibacterianos y fluorurados, así como, en el mantenimiento de la humedad bucal: procurar no respirar por la boca, beber sorbos de agua de vez en cuando y utilizar medicamentos productores o excretores de saliva (sialeréticos y sialogogos, respectivamente) y saliva artificial.

Información sobre las consecuencias de no reponer dientes extraídos
Cuando no se reponen los dientes extraídos, se suele producir una migración de los dientes adyacentes hacia el espacio libre (sobre todo, de los situados posteriormente) y un crecimiento o extrusión del (o de los) antagonista(s) que mordía(n) contra el extraído

El grado de estos desplazamientos es variable, pero puede llegar a ser muy pronunciado. En todo caso, las migraciones no consisten en una traslación, sino en una inclinación, con lo que la forma de las arcadas se modifica y con ello la eficacia masticatoria.

De estas migraciones pueden derivarse, con el tiempo:
•  Defectos de la intercuspidación o « engranaje » de los dientes, que pueden limitar la masticación y provocar unas dolencias de las articulaciones de la mandíbula (la articulaciones témporo-mandibulares o articulación cráneo-mandibular) y del cuello, que se acompañan de mareos: es el llamado síndrome disfuncional (o dolor-disfunción) cráneo-mandibular o témporo-mandibular.
•  Además, si con las migraciones de los dientes adyacentes el espacio estrechado no llega a cerrarse del todo puede resultar muy problemática, incluso imposible, una adecuada reposición protética.
•  Lo mismo ocurre cuando algún diente de la arcada contraria, extruido, se inmiscuye y ocupa parte de la altura del espacio correspondiente al diente extraído.
•  Un mayor riesgo de caries en los contactos de los dientes adyacentes al extraído con los dientes vecinos, porque al aflojarse los puntos de contacto, hay tendencia a la penetración y retención ( empaquetamiento ) entre dichos dientes de restos alimenticios, que sirven de alimento a los gérmenes causantes de caries (fig. 4) .
•  También se produce un mayor riesgo de caries en el diente antagonista extruido y en los dos que contactan con él, porque se desacoplan sus puntos de contacto normales y se favorece el empaquetamiento de alimentos entre ellos.
Desplazamiento de la dentición

Inmediatamente después de perder el diente

 

Caries
Desplazamientos
Encías rojas

Cuando no se reemplaza un diente, los dientes restantes pueden cambiar de posición (desplazarse) y cambiar la oclusión. Esto puede ocasionar caries, enfermedad periodontal y problemas de oclusión (masticación).

 

 Información Sobre los Dientes Incluidos


Los «dientes incluidos» son los dientes que no han erupcionado, o sea, no han aparecido o lo han hecho parcialmente en la cavidad bucal.
Existen múltiples causas, muchas de ellas mal conocidas, que pueden provocar este fenómeno. Con mucha frecuencia se asocia a una falta de espacio durante el período eruptivo.
Los problemas que pueden plantear estos dientes, en el interior del hueso, son varios:
•  Daños en estructuras anatómicas situadas también en el espesor del hueso: seno maxilar, troncos nerviosos, raíces de dientes adyacentes, etc.
•  Alteraciones en el resto de los dientes, bien dificultando su erupción en el caso de los niños, o bien produciendo movimientos y malposiciones en los dientes ya erupcionados.
•  Formación de quistes por la proliferación del tejido epitelial que rodea al diente incluido. Estos quistes en alguna ocasión pueden llegar a malignizarse, pero en cualquier caso afectarían a las estructuras anatómicas vecinas.
El tratamiento recomendado es la extracción quirúrgica de los «dientes incluidos», salvo que el riesgo de la cirugía lo desaconsejara.

 

Información Sobre las Patologías Quísticas en los maxilares

Los quistes óseos orales son cavidades formadas en el seno del hueso maxilar o mandibular y habitualmente revestidas por tejido epitelial (una especie de «piel»). Aunque existen una gran cantidad de causas posibles la gran mayoría son de origen dentario, por infección crónica de un diente. Un número mucho menor puede tener otras causas, como los de origen odontogénico formados a partir del epitelio del folículo dentario («germen») de dientes incluidos o ya erupcionados. Puede suceder, aunque es muy infrecuente, que los quistes se malignicen.

La evolución natural de un quiste no tratado suele ser el crecimiento, con o sin sintomatología aguda. Los quistes originados por infecciones dentales crónicas tienden a fistulizarse produciendo salida episódica de material purulento a la cavidad oral.

Los problemas que pueden plantear los quistes óseos maxilares o mandibulares son varios:
•  En el caso de quistes óseos de origen odontogénico, el crecimiento puede desplazar o dañar estructuras anatómicas vecinas, como el seno maxilar, troncos nerviosos (con afectación de la sensibilidad), o vasos sanguíneos (con riesgo de hemorragia). También puede producir movimientos o pérdidas de vitalidad en los dientes vecinos.
•  En el caso de quistes óseos originados por infección dentaria, su evolución es a la formación de fístulas (comunicaciones del quiste con la cavidad bucal) por las que sale material purulento. En ocasiones, el crecimiento de estos quistes también afecta a los dientes vecinos produciendo pérdidas de vitalidad.
•  El lento crecimiento de los quistes óseos, sea cual sea su etiología, puede debilitar el hueso en el que se encuentra facilitando la fractura del mismo.
•  Existe el riesgo, infrecuente, de malignización del epitelio que rodea al quiste.

El tratamiento puede variar según el origen del quiste. En el caso de que se haya originado por infección dentaria crónica, la endodoncia (o sea, la retirada del material infectado del interior del diente) puede en ocasiones solucionar el problema. En caso contrario habría que acudir a la cirugía para extirpar el quiste.

En el caso de los quistes odontogénicos o de otros orígenes, el único y obligado tratamiento es el quirúrgico.

El tratamiento quirúrgico de los quistes conlleva unos riesgos intrínsecos de la cirugía (posibilidad de infección, hemorragia, etc.) y otros que dependerán de la zona anatómica sobre la que se actúe.

 

Información Sobre la Patología de la Articulación Témporo Mandibular (ATM)

Los problemas de la ATM (articulación témporo mandibular) son relativamente frecuentes, habitualmente muy molestos y pueden llegar a producir importantes limitaciones en las funciones masticatoria y fonatoria.
Su origen puede ser muy variado ya que son muchas las estructuras que forman la ATM o que pueden actuar sobre ella. Además debemos tener presente que las dos ATM (derecha e izquierda, que conjuntamente suelen agruparse bajo la denominación «articulación cráneo-mandibular») actúan al unísono y, por lo tanto, la alteración en una de ellas acaba afectando indefectiblemente a la otra. También las alteraciones en la correcta oclusión dental (la articulación entre los dientes de la arcada superior e inferior) terminan por afectar a las ATM.

Habitualmente se dividen los problemas de la ATM en dos grandes grupos: funcional y orgánico.
•  Los problemas funcionales serían aquellos en los que no encontramos alteraciones objetivas en la articulación, a pesar de existir sintomatología.
•  Los problemas orgánicos serían los originados por una alteración evidenciable en la articulación.

Normalmente los problemas funcionales son más leves y fácilmente tratables que los orgánicos.

La sintomatología que producen las alteraciones de la ATM es muy variada, podemos citar por orden de importancia:
•  pequeños ruidos o chasquidos articulares,
•  dolores a la palpación,
•  dolores difusos que pueden aumentar con la masticación,
•  limitaciones variables a la apertura con desviación mandibular, e
•  incluso bloqueos completos de la articulación.

La evolución de los problemas de la ATM es crónica. Si no se actúa tenderán a empeorar progresivamente haciéndose más patente la sintomatología.
La posibilidad de actuar sobre los problemas de la ATM es limitada y los resultados, en ocasiones, no son muy buenos.

En general todos los tratamientos comienzan por la relajación de la musculatura masticatoria mediante «férulas (o placas) de descarga (o neuro-oclusales, o de desprogramación…». Estas férulas son dispositivos que se colocan entre las arcadas dentarias y que pueden tener varias funciones: relajación de la musculatura masticatoria como ya indicamos, recolocación de los cóndilos mandibulares, etc.

En el caso de problemas funcionales se debe equilibrar la oclusión restituyendo los dientes perdidos y eliminando los contactos prematuros o anómalos. Para ello en ocasiones se precisa rehabilitar mediante prótesis toda la oclusión.

En la patología orgánica de la ATM puede ser preciso recurrir a técnicas invasivas como la artrocentesis (punción y «lavado» de la articulación) y diversas técnicas quirúrgicas de resultados variables.


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