El tabaco mata cada año a 6 millones de personas en todo el mundo, lo que le convierte en una de las mayores amenazas de salud pública. El tabaco entra por la boca al organismo y es el primer lugar en el que se advierten sus efectos: el principal, el aumento del riesgo de padecer cáncer oral, además de provocar enfermedad periodontal, halitosis, y otras lesiones orales. El consumo de tabaco complica los tratamientos bucodentales y empeora el pronóstico en muchos casos, especialmente en problemas periodontales, en la colocación de implantes y tras las exodoncias. Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco que celebra la OMS cada 31 de mayo, el Consejo General de Dentistas quiere recordar los principales efectos que el tabaco tiene en la salud oral de los fumadores.

Cáncer Oral 

La vinculación entre el riesgo de desarrollar cáncer oral y el consumo de tabaco está científicamente demostrada. En España, mueren 1.200 personas al año por este tipo de cáncer, que, con una detección precoz, tiene una alta tasa de supervivencia. En la actualidad, el 85% de las muertes por cáncer oral podrían haberse evitado con pruebas diagnósticas tempranas, como una biopsia oral. Este examen, que puede realizar el dentista, es el mejor medio para saber si una lesión oral es un cáncer o un precáncer, con lo que podremos tener un diagnóstico precoz y mejorar las probabilidades de supervivencia.

Enfermedades periodontales

El tabaco está claramente asociado a enfermedades en las encías y problemas periodontales. Así, se da una menor predisposición y severidad a enfermedades en las encías entre aquellos que no son fumadores, e incluso en quienes recientemente han dejado de fumar, que pueden ralentizar y detener el avance de enfermedades periodontales. Además, cuando el fumador se somete a un tratamiento periodontal, las complicaciones postoperatorias son más frecuentes y sufren una recuperación más lenta.

Olfato, gusto y aspectos estéticos  

Los fumadores ven disminuida su capacidad para distinguir olores y sabores. Una vez que cesa el consumo de tabaco, esta pérdida se recobra paulatinamente y los ex fumadores van recuperando la percepción de los olores y sabores. Además, el tabaco juega un papel crucial en la estética de la boca ya que tiñe los dientes, e incluso las prótesis de las personas que fuman, más que otras sustancias como el café o el té. Provoca manchas en las encías y retraso en la cicatrización de las heridas bucales. También es habitual que los fumadores sufran halitosis o mal aliento.

Implantes dentales

El tabaco es un factor de riesgo para los portadores de implantes dentales, que pueden sufrir inflamación en los tejidos que rodean el implante. Además, fumar dificulta el mantenimiento de los implantes y puede condicionar su duración. 

El papel del dentista en la lucha contra el tabaquismo

El dentista es un profesional médico que puede ayudar a dejar de fumar desde su consulta. El presidente del Consejo General de Dentistas, Óscar Castro recuerda que “como personal médico, nuestra meta es velar por la salud general de nuestros pacientes y ayudarles a dejar de fumar es una obligación. Desde los organismos profesionales hemos promovido cursos para que los dentistas puedan ayudar a los ciudadanos a dejar este hábito, tan nocivo para la salud general y para la salud oral”.


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