REPORTAJE: Enfermedades de las encías. Detectarlas a tiempo
Detección precoz, detección tardía. Revisión regular, revisión esporádica o cuando hay dolor. Las diferencias son evidentes y la insistencia en acudir periódicamente al dentista nada tiene que ver con las aspiraciones económicas del profesional. El Colegio de Dentistas de Alicante advierte de que lo peor de las enfermedades de las encías es que, cuando se detectan, puede ser tarde...
Las campañas de detección precoz de las enfermedades son eso, iniciativas que buscan evitar males mayores en los pacientes. En el caso de enfermedades relacionadas con las encías, la revisión periódica por parte de nuestro dentista de confianza es absolutamente fundamental. Lo peor de estas patologías es que cuando son detectadas puede ya ser tarde. Apenas muestran síntomas y no suelen doler, de ahí la gran importancia de las revisiones regulares para poder prevenir y atajar el proceso en la fase más inicial posible.
El diagnóstico precoz de la gingivitis es el arma fundamental con la que cuenta el dentista y el paciente para evitar la periodontitis. La primera enfermedad es la inflamación de la encía. La gingivitis no conlleva pérdida del soporte óseo de los dientes, por lo tanto, es una patología reversible. Si no se trata a tiempo aparece la periodontitis, enfermedad crónica que supone que un debilitamiento progresivo del hueso, lo que conduce a una afección de los tejidos de soporte del diente.
La enfermedad periodontal es la principal causa de pérdida dentaría en adultos. La mejor
manera de prevenir la enfermedad periodontal y la caries dental es el uso del cepillo de dientes, el
hilo de seda o el cepillo interproximal y las visitas regulares al dentista.
Síntomas
El sangrado es una señal de alarma que nos lleve a visitar a nuestro dentista de cabecera. Y a este síntoma se añade el enrojecimiento de las encías o su inflamación, así como el mal aliento o la halitosis.
Consejo
En el caso de enfermedades relacionadas con las encías, la revisión periódica por parte de nuestro dentista de confianza es fundamental. Lo peor de estas patologías es que cuando son detectadas por el especialista puede ya ser tarde
Señal de alarma
La primera alarma podría ser el sangrado de las encías. El problema es que el sangrado se produce muchas veces solo con cepillarse los dientes y a menudo no lo tenemos presente como un síntoma de gingivitis. De este modo retrasamos el diagnóstico y aparece la periodontitis. El sangrado, por tanto, debe ser una señal de alerta que nos lleve directamente a visitar a nuestro dentista de cabecera. Y a este síntoma se añade el enrojecimiento de las encías o su inflamación, así como el mal aliento o la halitosis.
Si acudimos a la consulta en esta primera fase de la enfermedad las posibilidades de recuperación son amplias. El primer paso será tratar la infección, curar los tejidos y luego proceder a unos cuidados específicos. Si no hemos acudido a tiempo y ya padecemos una periodontitis, es obligatorio someterse a una regeneración de los tejidos periodontales destruidos, que no siempre logra solucionar el problema. Si éste es el caso, el dentista le informará sobre las posibilidades que existen para reemplazar las piezas perdidas, implantes o prótesis.
Puedes leer este artículo en el número 1 de nuestra revista MOLAR (https://issuu.com/boletincoea/docs/molar)
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