Entrevistamos al Dr. David Suárez Quintanilla, que impartirá la próxima semana el Curso de Ortodoncia, una nueva perspectiva en la ortodoncia actual, que se celebrará concretamente el 25 y 26 de noviembre en la sede en Alicante de Cruz Roja, organizado por el COEA. La inscripción es gratuita para colegiados y se puede hacer pinchando aquí.

 

Suárez Quintanilla es Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Santiago de Compostela(USC), Máster en Ortodoncia. Universida de Valencia (Prof. José Antonio Canut), Catedrático de Ortodoncia en la Universidad de Santiago de Compostela (USC). Director del Servicio de Investigación en Ortodoncia y Crecimiento Dentofacial (SIOCD). Universidad de Santiago de Compostela (USC) y titular del Sillón de Odontoestomatología de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia. Es expresidente de la European Orthodontic Society, councill de la European Orthodontic Society. Lleva 16 tesis doctorales dirigidas y más de 200 trabajos de investigación y publicaciones. Y 12 libros. Premio del Consejo General de Odontólogos y Estomatólogos de España. Miembro de la Fundación Dental Española y del International College of Dentistry. Diplomado/ Board de la SEDO (Sociedad Española de Ortodoncia).

 

En primer lugar, ¿qué considera que hace distinto del resto su curso sobre ortodoncia?

Sinceramente, y dicho con la mayor humildad, supone un poco de aire fresco, el ofrecer una nueva visión de la ortodoncia basada en dos pilares: el impacto de la tecnología digital, tanto a nivel de diagnóstico como de tratamiento, y el éxito clínico como objetivo central de nuestra filosofía terapéutica, combinando el marketing y la eficiencia y economía de nuestros aparatos fijos y funcionales. El curso no se centra en el ensalzamiento comercial de un bracket y unos alambres, acompañado de una secuencia ininterrumpida de seleccionados casos exitosos, como, desgraciadamente, nos tienen hoy acostumbrados muchos conferenciantes, sino que en el curso voy a mostrar nuevas ideas y técnicas, desde el neuromarketing, la ortodoncia emocional y el mock-up, hasta nuevos aparatos y biomecánicas, un abordaje distinto de las Clases II mandibulares, original de nuestra técnica, o un sistema de ortodoncia invisible para adultos “low-cost” alejado de las sofisticaciones anti rentables actuales.

Voy a tener la oportunidad de presentar mi libro “Eficiencia Clínica y Evidencia Científica en Ortodoncia”, con más de 520 páginas y cerca de 2.000 fotos y esquemas, en el que explico paso a paso nuestra idea del diagnóstico y el tratamiento con brackets y alambres de última tecnología combinados, simultáneamente, con aparatos funcionales. Es un libro donde analizo cómo es la ortodoncia que viene y los pasos a seguir para tener una clínica exitosa basada en la felicidad del paciente.

 

¿Considera que sus enseñanzas se pueden poner en práctica el lunes siguiente en la clínica?

Decía Napoleón que el peor ladrón es el que te roba el tiempo. Cuando doy un curso soy consciente del gran esfuerzo que hace el participante, en tiempo, dinero y compromisos familiares, así que procuro no robarles el tiempo con conceptos e ideas ya conocidas o caducas, una ristra de diapositivas llenas de teoría, la descarada venta de brackets o una prescripción y “casos milagro” muy seleccionados (que después no funcionan en tu clínica). Mi objetivo, reconozco que muy ambicioso, es cambiar la manera de pensar y enfocar la práctica profesional del compañero que acude al curso, tratando de que el dentista/ortodoncista se encuentre auto realizado, valorado y feliz en un mercado tan saturado y competitivo como el que tenemos. Dos palabras han de cambiar nuestra práctica: la eficiencia (conseguir similares resultados que otras técnicas, pero con menor esfuerzo, complejidad y costos) y el neuromarketing (incrementar nuestra capacidad de influir en el paciente a través de la emoción que genera su nueva sonrisa). Además, al día siguiente del curso muchos de los asistentes se preguntarán, y cuestionarán, si los sofisticados y costosos brackets que están utilizando o los aparatos invisibles que les venden determinadas casas comerciales son realmente eficientes y le solucionan sus problemas clínicos cotidianos o se han convertido en simples “expendedores” o intermediarios entre la casa comercial y el laboratorio. La plusvalía de lo que cobramos al paciente ha de seguir siendo nuestro diagnóstico y tratamiento; no podemos trabajar para las casas comerciales o los laboratorios. Nuestro concepto de Ortodoncia Simplificada y Ecológica, el utilizar aparatos y sistemas sencillos y económicos para tratar maloclusiones incipientes o en dentición mixta, creo que es muy interesante.

 

¿Qué importancia le da usted al reciclaje profesional?

Uno de los datos estremecedores de nuestra profesión es que solo un 10% de los dentistas mayores de 30 años se mantiene actualizados acudiendo periódicamente a congresos, cursos y seminarios. Una gran cantidad de profesionales, que yo diría que sobrepasan con creces el 50%, nunca acuden a ningún evento científico (salvo el show de la Expodental) y desde hace años se han desentendido de cualquier formación que no sea la de los comerciales que los visitan periódicamente. Creen que con una mezcla de experiencia (en muchos casos basada en repetir mal la misma cosa muchas veces y a lo largo de los años), ciencia infusa e inspiración divina es suficiente. Los Colegios profesionales han de ser mucho más exigentes con la adecuada formación continuada de los profesionales, llegando a impedir el ejercicio profesional a los que “pasan” o basan su “actualización” en la ciencia infusa. La formación continuada del dentista nos da una idea de su interés por sus pacientes, su calidad clínica (la ignorancia es muy atrevida y no hay peor ciego que el que no quiere ver) y, en definitiva, su compromiso y ética profesional.

 

¿Cuáles son los últimos avances que han aparecido en ortodoncia?

Habría que diferenciar entre avances científicos y tecnológicos. Los primeros aún necesitan más y mejor investigación para su aplicación clínica; me estoy refiriendo a la farmacología ortodóncica, para controlar químicamente el movimiento dentario ortodóncico, la activación de la vía bioeléctrica y biofísica para acelerar la remodelación ósea (corticotomias, microcorticotomías, sistemas de vibración periodontal, campos electromagnéticos, etc.) y la genética. Desde un punto de vista conceptual la llamada Terapéutica Basada en la Evidencia (TBE) ha producido un terremoto en nuestra especialidad al cuestionar verdades inamovibles de nuestra práctica (la inutilidad, y el marcado sesgo comercial, del diseño de brackets, las prescripciones de “supertorque”, los errores en la selección de alambres de algunas técnicas, la relación entre nuestro tratamiento y la ATM, la sacrosanta e inamovible forma de arcada, los límites de la expansión dental, la relación entre calidad de tratamiento y recidiva, etc.).

Los avances tecnológicos son los más evidentes y los que han tenido una repercusión clínica directa en el diagnóstico del paciente (imagen y radiología digital, CBCT, sistemas electrónicos de exploración funcional) y su tratamiento (alineadores y aparatos plásticos basados en cad/cam, alambres super y seudoelásticos térmicos, el nuevo GUM metal, la modificación en el diseño de los brackets, los microimplantes y los sistemas de anclaje óseo temporal, etc.). Sin embargo, lo que va a revolucionar la ortodoncia en los próximos años van a ser los polímeros o plásticos transparentes con memoria de forma y el escáner intraoral y las impresoras y fresadoras 3D de uso clínica. En las nuevas clínicas digitales, nos guste o no, todo va a girar alrededor de estos elementos. La nueva tecnología, y de esto voy a hablar en el curso, dará lugar a la figura del Superdentista Digital y diferenciará unas clínicas de otras por el porcentaje de pacientes emocionales frente a los racionales.

 

¿Nos puede dar unos breves consejos sobre cuándo ortodoncia sí o no?

Existe un grave error de base respecto a la ortodoncia. En mi opinión la ortodoncia no es solo una especialidad de la odontología sino que debe ocupar su centro, ya que la mayoría de los pacientes que acuden a las clínicas, más de un 80%, presentan maloclusiones o tienen los dientes en una disposición que necesita ser modificada antes de la colocación de implantes o su rehabilitación (es decir que los tratamientos de ortodoncia en el adulto han de incrementarse exponencialmente). Por el contrario, existe gran cantidad de sobre tratamientos tempranos ineficientes favorecidos por las macrocadenas de clínicas dentales, en especial aquellas de seguros o igualas dentales que todos tenemos en la cabeza. Yo soy culpable, como el resto de mis colegas universitarios, de no haber insistido en la necesidad de ampliar la carga docente de la ortodoncia en pregrado o de darle otra orientación. La visión de la boca de un ortodoncista es mucho más completa, dinámica y predictiva que la del odontólogo general. Si no se tienen los mínimos conceptos clínicos de ortodoncia no se pueden realizar rehabilitaciones complejas o tratar eficientemente los problemas de ATM de origen oclusal. La ortodoncia cambia el esquema y marco de referencia diagnóstico del dentista; todo dentista, practique o no la ortodoncia, necesita de los conceptos diagnósticos de esta. El tratamiento de ortodoncia (sea este tratamiento muy corto y estético o convencional) se debería de realizar en casi un 75% de los pacientes que acuden solicitando algún tipo de rehabilitación con implantes o carillas. En niños y jóvenes debemos realizarlo en el momento adecuado para reducir al máximo la duración del mismo, buscando siempre, en un mercado tan competitivo, su eficacia (relación entre efectividad del mismo, número de visitas, necesidad de cooperación y costo).

 

¿Cuáles considera que son los principales problemas que padece la odontología hoy en día?

Cualquier dentista sabe de la cadena de intereses espurios y decisiones incorrectas, tomadas por incompetentes, que han conducido a la actual situación de crisis denigrante de nuestra profesión, producto de la necesidad, inexperiencia y atrevimiento de unos (los recién licenciados que trabajan, como pueden, en cadenas de clínicas, seguros e igualas), la ignorancia de otros (los pacientes) y el beneficio de unos pocos (los empresarios del diente y/o las compañías de “falsos” seguros). Hay que reconocer el origen de esta cadena de intereses y desaciertos, conocer sus verdaderos responsables y no solo culpar a los que se aprovechan de esta situación (los empresarios del diente y su engañosa publicidad). La plétora de licenciados , resultado de intereses estrictamente económicos de las universidades privadas han sido, son y seguirán siendo, la raíz de todos los males de la Odontología Española. Estas universidades no solo se contentan con masificar el mercado español, sino que ahora se dedican a exportar dentistas a otros países, para extender su tinta de confusión, como el calamar. De esta masificación de recién licenciados, facilitada y favorecida por los sucesivos gobiernos (que vendieron al mejor postor los permisos-cazo para abrir nuevas facultades privadas) y solo por razones de lucro (no hacían falta más profesionales), derivan el resto de los males (los macsalarios o salarios low-cost, la explotación y la apertura de cadenas de clínicas, la publicidad engañosa, etc.), no a la inversa. Culpemos a quien de verdad tengamos que culpar por la génesis del problema y a los que han colaborado y colaboran en esta situación (desde el responsable ministerial que permite este desatino universitario a todos los dentistas que hoy, rasgándose las vestiduras, han contribuido a ello de diferentes maneras, como clientes, padres de clientes, o docentes). No usemos solo a los Vitaldent, Funnydent, Sanitas o Adeslas de turno como cabezas de turco de todos nuestros males. Si queremos un buen diagnóstico y poner en marcha el tratamiento adecuado conviene que todos reflexionemos sobre la etiología real del problema y el grado de responsabilidad que tenemos todos, y yo el primero, en la deteriorada situación actual de nuestra profesión. Mejor no poner ejemplos.

Urge controlar el número de nuevos dentistas, aplicar estrictamente las leyes sobre publicidad sanitaria, prohibir que no dentistas tengan clínicas de odontología y, en definitiva, crear las leyes que pongan coto al negocio dental para los no profesionales. Ahora es un buen momento político que el Consejo tiene que aprovechar.

 

¿Cuál es la situación de la Ortodoncia en España?

El pasado año y en la revista Clinical Review, editada durante el congreso de la America Association of Orthodontist en Orlando, respondía en una entrevista a esta pregunta. Me deja perplejo el grado de autosatisfacción con la situación de la ortodoncia española tanto de la directiva de la SEDO como de parte de los profesores directores de master o pseudomaster. Concurren en la desastrosa situación de nuestra especialidad cuatro hechos: la falta de líderes que pongan un poco de orden y ética en la caótica ortodoncia universitaria, la masificación (la SEDO confunde número y éxito de asistencia con calidad, ya que solo una mínima proporción de los nuevos ortodoncistas se presentan a los board/diplomado), la desastrosa práctica itinerante o de “maletín” de la mayoría de ortodoncistas jóvenes ( que hacen lo que pueden, o le dejan, en cada clínica, practicando el famoso “chocolate del loro”) y la formación postgraduada enfocada en la mayoría de las universidades hacia el lucro (el enseñar para cobrar en lugar del legítimo cobrar por enseñar). La mayoría de los postgrados universitarios tienen unos precios abusivos para su dedicación e ínfima calidad docente y muchos de sus “profesores” carecen de la mínima experiencia clínica, y no digamos docente, y son solo conocidos en su casa a la hora de comer, escudándose tras el prestigioso nombre de su universidad para conseguir un beneficio económico que su clínica ya no les da o nunca les dio. La Conferencia de Rectores debería de tomar de inmediato cartas en este asunto y el Consejo General debería impulsar decididamente una especialización oficial, con selección de alumnos similar al examen MIR, y de carácter gratuito.

 

¿Algo más que añadir?

Todos recordamos cómo los protésicos dentales nos metieron a los dentistas un gol por toda la escuadra retorciendo torticeramente la ley del medicamento. De hecho, yo, por ejemplo, no solo no puedo tener un pequeño laboratorio en mi clínica, sino que no puedo hacer un solo aparato de ortodoncia o soldar un simple arco lingual. Con la introducción del escáner intraoral en la clínica (que los protésicos no pueden usar), la integración de las imágenes 3D del mismo con el CBCT (que ellos no pueden ni interpretar, ni diagnosticar, ni hacer ningún tipo de plan de tratamiento) y los nuevos robots e impresoras 3D para la clínica (que espero no prohíban tenerlas en la clínica) , creo podemos pagarles con la misma moneda y hacer, ahora sí, que la mayoría de aparatos de ortodoncia, carillas, guías quirúrgicas para implantes o microimplantes, coronas, etc , sean diseñadas y confeccionadas casi al 100% en nuestras clínicas o por dentistas. Espero y confío que el Consejo General tenga en cuenta esto para ir preparando, con tiempo y los abogados más competentes, las medidas legales que vuelvan a poner a cada uno en su sitio.

 

Como podéis desprender de esta breve entrevista, no voy a presentarme a ningún tipo de elección o cargo, lo que me da la libertad para decir lo que quiero y no solamente lo políticamente correcto. Un buen resultado terapéutico (la solución al desastre de la odontología española) solo se puede lograr después de conocer la etiología del problema y de realizar un adecuado, y sincero, diagnóstico. Gracias.


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